jueves, 5 de febrero de 2009

ANALISIS COMENTARIO - 2

Anónimo dijo: "En segundo lugar, quiero referirme a las "recetas" que propones al final. Me parece totalmente acertado fomentar la competitividad empresarial pues son las empresas el verdadero motor de la sociedad, y por eso, creo que la reducción de impuestos es vital, y promover la creación de tejido empresarial incentivándolo con menos impuestos, e incluso la eliminación de algunos, como se hizo con el de Sucesiones y donaciones -aunque éste fuera destinado a las familias- me parecen acertados. Sobre el tema de los impuestos, leí hace escasos días que lo mejor es rebajar o eliminar los que afectan directamente a los individuos o las familias, como el de la renta, que siempre será más beneficioso que si se aplican esas reducciones sobre productos de consumo, que son indirectos ya que se puede pasar, salvo artículo de primera necesidad, sin ellos".

Fomentar la competitividad empresarial es bueno en cualquier momento, pero más en estos tiempos de crisis. Está claro que no va a ser el estado el que nos saque de esta situación, deberá ser el mercado el que lo haga (las empresas y los consumidores). La deflación puede llevar a la quiebra a muchas empresas, y el crecimiento económico se mide en términos de PIB, que es la suma de la producción de bienes y servicios de un país en un periodo determinado. Salvo que el Estado se ponga a producir y a consumir, no hay otra solución que lo hagan las empresas y los consumidores.
Si se reducen tanto los impuestos directos a las empresas como los indirectos, vendiendo al mismo PVP (incluido impuestos) éstas obtendrán mayor beneficio, o menor pérdida, con lo que ayudas a su mantenimiento. Pero claro, también se reducen los ingresos del estado y eso aumenta el déficit. Teniendo en cuenta, que si las empresas cierran y se sigue reduciendo el consumo, por mucho que se aumenten los impuestos, la recaudación va a ser menor, por lo tanto, solo el incremento de la actividad empresarial y el consumo, consigue incrementar los ingresos del estado. Quizá en un momento de expansión y crecimiento, se podrían subir algo los impuestos para incrementar los ingresos del estado y tener disponible superávit para los momentos de crisis. Pero en este momento, los incrementos de impuestos, generarán menos ingresos públicos porque afectarán directamente a la actividad, ya que las empresas se encuentran con márgenes muy pequeños.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay una conclusión muy curiosa y es ésa que dice:

"Si se reducen tanto los impuestos directos a las empresas como los indirectos, vendiendo al mismo PVP (incluido impuestos) éstas obtendrán mayor beneficio, o menor pérdida, con lo que ayudas a su mantenimiento. Pero claro, también se reducen los ingresos del estado y eso aumenta el déficit. Teniendo en cuenta, que si las empresas cierran y se sigue reduciendo el consumo, por mucho que se aumenten los impuestos, la recaudación va a ser menor, por lo tanto, solo el incremento de la actividad empresarial y el consumo, consigue incrementar los ingresos del estado."

Está claro que con la reducción de impuestos se beneficia a las empresas (amén de a los ciudadanos -asfixiados, más en tiempos de crisis-) y les permite su mantenimiento o incluso sirve de incentivo o acicate a las de nuevas creación y generar o mantener el tejido empresarial es vital.

Sin embargo, los socialistas en general siempre se quedan con el segundo apunte que es que al rebajar los impuestos y reducirse la recaudación del Estado, éste deja de tener ingresos y aumenta el temido déficit. Por eso los socialistas siempre son tan reacios a bajar los impuestos (y tan dispuestos a subirlos), creen que lo mejor es aumentarlos para que el Estado recaude porque creen que éste (el omnipresente y omnipotente Estado) lo administrará mejor que el ciudadano (no tienen mucha confianza en la libertad individual de éste que digamos), y así contribuir a un reparto equitativo de riqueza que, en la práctica, no es tal, y las utopías que lo propugnaban todos sabemos en lo que desembocaron. Pero la izquierda en general sigue considerando que para que no haya déficit lo mejor es recaudar impuestos y así aumentar los ingresos del Estado sin entender la asifixa que esto supone a las personas que pagan esos impuestos por el trabajo que realizan (con el sudor de su frente, vaya), y las empresas con lo que supone su mantenimiento además de ser generadoras de empleo.

Muchos socialistas en el ámbito económico siguen sin tragar con eso de que al cerrar empresas y disminuir el consumo por mucho que suban los impuestos, no va a haber ingresos, creen que siempre que se "aprieten las tuercas" al ciudadamos y a las empresas, siempre respondarán aun en el peor de los casos y con una economía en hundimiento total, en general dan poca confianza a la actividad empresarial y al consumidor como motores de desarrollo económico y no creen que éstos (consumidores y empresas, que para los socialistas son avariciosos por naturaleza) vayan a contribuir a los ingresos del Estado (ya que casi nadie paga al Estado con alegría complaciente), y creen que sólo la subida de impuestos genera ingresos y evita el déficit, aunque empíricamente haya quedado demostrado que una subida reiterada de impuestos no tiene como consecuencia directa más ingresos por parte del Estado. Pero ese pensamiento está muy extendido, ¿por qué?

Según parece, gran parte de los gurús económicos de la socialdemocracia creen que sólo la subida de impuestos genera ingresos al Estado, y que esto puede hacerse de manera continuada, echando la culpa de las crisis a la avaricia bien de los consumidores por no hacer caso del proteccionismo y comprar productos españoles y por no consumir como alentaba Miguel Sebastián (después de haberles recomendado previamente que no consumieran y se contuvieran, etc., en fin restringir la libertad de las personas diciéndole qué han de hacer, cuando las personas por sí mismas deberían ser capaces de saber cuándo son austeras, cuándo ahorrar y las consecuencias de no hacerlo, debiendo pagar sus excesos si los ha habido -burbuja inmobiliaria por ejemplo- sin ayudas estatales que salen del dinero de los demás, eso sí sería liberalismo y no uno adulterado, ¿no?), o bien -ka izquierda echa la culpa- de las empresas por intentar mantenerse a flote, y no sucumbir a los intereses estatales, o bien de los banqueros por no conceder créditos aun sabiendo que no tienen garantías, lo cual no les exime de responsabilidad si con el dinero de todos en vez de facilitar a familias y pymes, los hacen para sanearse a costa de todos, aunque sea entendible lo que dice Botín de no concender ante algo que a todas luces va a fracasar.

Pero en la izquierda actual en general creen que la famosa curva de Laffer fue un invento del "neocapitalismo o neoliberalismo más salvaje" de esos "tiburones" alentados por Reagan (o Thatcher), y por eso vuelve a asomar el fantasma del intervencionismo que parecía haber sido derribado en los ochenta-noventa, y vuelve a asomar empezando por los impuestos, por su subida claro, que para los socialistas más moderados es la mejor salida, y para los más extremistas la única. Más impuestos... y en los casos más sangrantes nacionalizaciones como parece que ya hace Gordon Brown con las escuelas británicas.

En fin, no me extiendo más porque al mencionar la curva de Laffer, o las nacionalizaciones puedo darte más temas y no es cuestión de eso.

Un cordial saludo (y seguiré leyéndote). Muy didácticas tus acotaciones. Un saludo.

Miguel A. Paniagua dijo...

La izquierda española es pura demagogia, no intentes encontrar razones económicas. Es puro marketing electoral, dibujan ideas y conceptos que pueden gustar al ciudadano y a machacar con ellas. No tiene más base.
También estoy en contra del proteccionismo económico. El libre comercio ha provocado este crecimiento mundial en estos últimos años. Pero también ha aumentado los riesgos, que con una buena regulación y supervisión se hubieran evitado.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. ;)