miércoles, 11 de febrero de 2009

ANALISIS COMENTARIO - 5

Anónimo dijo: "En tercer lugar, y por último, terminas diciendo que es indispensable "el traslado de confianza a los consumidores sobre el futuro inmediato de la economía". Es un deseo inobjetable, y creo que todos coincidirían en ello con independencia de colores y credos, pero ¿cómo conseguirlo?Aunque claro, para algunos la economía es un simple "estado de ánimo" (ZP dixit), por tanto, con simple voluntarismo y optimismo antropológico se resolverían las crisis económicas y problemas financieros por arte de birlibirloque, pero las cosas parecen mucho más difíciles y no debieran reducirse a meros deseos que probablemente sean compartidos por una gran mayoría, pero hay que proponer soluciones reales, y ver cuáles son factible para llevar a cabo, aunque ahí es donde se pueden dar las fricciones entre los intereses de cada una de las partes implicadas (empresarios, empleados, bancos, administraciones, sindicatos... etc.)".

Es un tema espinoso éste, porque no podemos demostrarlo de una forma clara. Pero, igual que al nivel de una persona, el optimismo y la positividad, aporta una energía que influye en su futuro, yo creo que podríamos trasladarlo a una organización, e incluso a un país.
Vamos a verlo desde el lado contrario: en los últimos meses de 2008, el sentimiento negativo sobre las entidades financieras, ha estado a punto de hacer quebrar a un buen número de ellas, y no porque tuvieran datos suficientes para su quiebra; pero si en una semana, todos los depositantes deciden sacar su dinero, cualquier entidad quebraría.
Hay varios índices, que se utilizan en los mercados, sobre confianza empresarial, de los consumidores, etc. Estos índices sólo valoran un sentimiento de cómo cree la gente que van a ir las cosas. Estos índices cuando son positivos, influyen de forma favorable en la evolución de los mercados, y al contrario.
Personalmente, creo que el estado de ánimo, influye en el devenir de la economía.
El problema está en saber cómo generamos un estado de ánimo positivo.
Pues no hay una regla concreta que se aplique y ya está: todos optimistas. Creo que son un conjunto de medidas y actitudes las que van generando poco a poco ese optimismo:
- Atajar de inmediato las situaciones de crisis.
- Proponer y llevar a cabo medidas para solucionar los problemas.
- Transmitir confianza a través de procesos de comunicación.
- Intentar destacar los datos positivos que toda crisis tiene.
- Acuerdos entre los partidos políticos, las organizaciones sindicales y empresariales.
En fin, actuaciones para ir creando en la colectividad una sensación de que, aunque las cosas estén mal, saldremos de ésta y en mejores condiciones que antes de la crisis. Pero, por desgracia, no se está haciendo así.

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