jueves, 25 de junio de 2009

NUEVA ECONOMIA

Durante el último ciclo expansivo (1994-2008), el capital productivo español, contabilizado como aquel que tiene la capacidad de generar servicios, se incrementó un 106% en términos reales, mientras que el dedicado a la vivienda lo hizo un 51%, según un estudio del instituto Valenciano de Investigaciones Económicas y la Fundación BBVA. Existe la opinión generalizada de que la inversión en el sector residencial fue tan grande que impidió desarrollar otros ámbitos más productivos, y los resultados de la investigación demuestran que no ha sido así. Al revés, este informe, el único que mide la inversión pública y privada en España de forma detallada, ha servido de modelo para la OCDE.
En concreto, el análisis señala que de los 5.569 euros por habitante que se invirtieron en España en esta época, 2.008 se dirigieron a vivienda, 1.436 a construcciones privadas y 556 a infraestructuras públicas. 1.569 a maquinaria y equipo y 356 a nuevas tecnologías. Si se miran los datos con más detalle, se ve que el enorme peso de la vivienda se debe en parte al enorme alza de los precios, y también al punto de partida de todos los apartados. Por eso, al descomponer la tasa de crecimiento anual en diferentes ramas, se observa que, de los nueve puntos porcentuales de repunte medio del sector residencial, 3,2 puntos se explican por el estirón real de la inversión, y 5,8 puntos por los precios. En el caso de las TIC el volumen real creció un 10,1% y sólo el 3,1% tiene que ver con los precios.
Algunos motores del nuevo patrón ya están en marcha, pero no nos hemos dado cuenta. Esto significa que no hemos adaptado las organizaciones al desarrollo tecnológico. Un ejemplo claro: en banca hay una red enorme de cajeros, pero eso no ha repercutido en la organización de las plantillas.

Toda esa palabrería sobre la nueva economía, solo es eso, palabrería. La realidad es que la economía tiene 4 bases fundamentales que apoyarán su crecimiento. Y si estas bases se cumplen tendremos un desarrollo económico estable. Da igual los sectores y las actividades. A saber:
- Los precios: este es uno de los problemas de la economía española. Es uno de los valores más importantes en la competitividad. Si controlamos los precios (costes salariales, costes de producción, impuestos y márgenes) podremos competir.
- Productividad: segunda de nuestras carencias y el valor que añadido a los costes más influye en los precios y por tanto en la competitividad. La reforma del mercado laboral y la modernización de los procesos mejorarían este índice. Pero España nunca se ha planteado en serio mejorar este aspecto.
- Regulación: se ha demostrado en el sector financiero en esta crisis. La correcta regulación y control de los mercados ha conseguido salvar a nuestras entidades de la crisis mundial. Esto hay que trasladarlo al resto de mercados.
- Seguridad jurídica: uno de los valores presentes en todas las economías desarrolladas y que más ayudan a su mantenimiento, crecimiento y estabilidad. España no destaca por varias razones en los últimos años, el intervencionismo del gobierno en varios sectores y los cambios de rumbo continuos, y la falta de unidad de mercado (tenemos regulaciones diferentes en cada territorio y esto supone un lastre para nuestra economía).
Aquí tenemos los retos de nuestra economía, si los corregimos avanzaremos y si no nos estancaremos: reforma del mercado laboral, apuesta por la productividad, control de los márgenes empresariales, reducción de impuestos empresariales, no intervencionismo estatal y unidad de mercado.

3 comentarios:

Pablo Saldaña dijo...

Aún discrepando de algunas cosas (los cajeros automáticos y las nuevas tecnologías sí han afectado a la organización de las plantillas en la banca), estoy de acuerdo en lo sustancial. Y llegado a tus conclusiones, al párrafo con el que a modo de corolario finalizas tu escrito,en el que estableces los retos de nuestra economía, me quedo con la duda de la reforma laboral (¿qué reforma?) y el no intervencionismo estatal(¿qué intervencionismo?), que me gustaría me aclararas. En cuanto a la productividad, totalmente de acuerdo. Ésta, y la movilidad geográfica, son dos de las asignaturas pendientes de nuestra economía. La primera porque hay ciertas inercias, de las que los empresarios no son poco culpables, difíciles de vencer. En cuanto a la movilidad, la vivienda en propiedad y el empleo seguro y para siempre (tres millones de funcionarios en España) dificultan enormemente lo que en nuestro entorno es habitual. Espero que las nuevas generaciones, de hecho es así, lo entiendan de otra manera, aunque no son pocos los jóvenes que buscan en el empelo público no la vocación, más bien la seguridad.

Miguel A. Paniagua dijo...

Reforma laboral: la que haya que hacer. Ya hice un monográfico sobre el tema y planteaba algunas ideas, copias de los países con menos paro de Europa. Pero resumiendo debe ser una reforma que flexibilice el mercado laboral, que permita que los trabajadores se muevan, cambien. Además debe garantizar su nivel de vida en las etapas en que no trabajen. Debe reducir los costes empresariales y las empresas deben tener más flexibilidad para adecuar las plantillas a los momentos de crisis o crecimiento.
En cuanto al intervencionismo estatal, yo creo en un Estado que ponga las normas e impida la oligarquía económica y los acuerdos contra la competencia. Y que no se inmiscuya en los mercados como ha hecho este gobierno (en algunos casos solo han sido intentos) en el mercado de las telecomunicaciones, en el audiovisual, en el de la energía y en el sector financiero.
Un saludo Tomás.

Miguel A. Paniagua dijo...

¿Por qué los jóvenes buscan tanta seguridad y la mayoría quieren ser funcionarios?. Es tremendo este dato. Está claro que tenemos que cambiar muchas cosas.