Sentimientos encontrados me inundan hoy. Por una parte la oportunidad de vivir un momento histórico, una propuesta de investidura, desde el hemiciclo que siempre he visto por la tele; y hoy voy a estar allí. Además creo que puedo vivir el primer intento de investidura fallido, un momento histórico, sin duda.
Por otra parte, la decepción de que mi partido, el más votado en las elecciones, por primera vez no se presente a la investidura. Espero que podamos tener otra oportunidad.
Lo tengo claro, sé lo que tengo que votar, las opciones no dejan lugar a dudas. Pedro Sánchez nos ha ninguneado, nos ha insultado, no valora nada de lo que hemos hecho, ha engañado a todos con los que ha intentado pactar,... no necesito más razones. Votaré NO. No se puede liderar un proyecto con estas bases.
Un candidato a la Presidencia del Gobierno en un momento como éste, debe ser capaz de renunciar, e incluso de pedir perdón por anteriores comportamientos. Debe plantear propuestas que puedan ser aceptadas por todos, debe dejar vías para que todos puedan sentirse ganadores. Debe, por supuesto, pensar en el interés general e intentar discernir, claramente, lo que quieren los ciudadanos.
Esto es lo que hacen la mayoría de los profesionales, empresarios y trabajadores en su quehacer diario. Lo que yo hacía hasta ayer. No puede ser tan difícil.
Lo bueno es que no hay posibilidad de que sea de otra manera. Si no se hace de una forma correcta, no saldrá. Es perfecto, nos obliga a hacerlo bien. Como siempre, los ciudadanos han acertado en su toma de decisiones.
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