sábado, 16 de abril de 2016

¿QUÉ QUIEREN LOS ESPAÑOLES?

Si atendemos a los resultados del 20-D, hay dos versiones: la opción del Cambio y la opción del Acuerdo.

Hay a su vez dos versiones de la opción de cambio: una entre PSOE-PODEMOS-IU que no suma (161 diputados). En esta versión, no podemos incluir a los partidos nacionalistas e independentistas, porque sus votantes no han votado por el concepto que se entiende por cambio, sino por sus propios intereses nacional-independentistas.

La segunda versión, si dispone de los apoyos suficientes, sería el pacto PSOE-PODEMOS-C’s, si se entiende que los votantes de estos 3 partidos, exclusivamente quieren la salida del Partido Popular del gobierno. Si fuera así, habrían llegado a un acuerdo, pero la realidad es que los votantes de estos 3 partidos lo han hecho por razones diversas. Unos cabreados y pidiendo un cambio radical del sistema, otros por afiliación natural y otros por mantener el sistema actual, modificando aquellas cosas que para ellos supone una regeneración, pero para seguir avanzando por el mismo camino.

No acabo de entender el proyecto del PSOE, “la gente ha votado cambio” dicen. Con unos resultados decepcionantes para su parroquia, creo más bien que su mensaje de cambio (de echar a Rajoy de la Moncloa) solo ha sido apoyado por aquellos votantes más fieles a esas siglas y ese mensaje no ha conseguido atraer a nadie a su alrededor.

La pérdida de votos del Partido Popular, nos traslada la idea de que a pesar que en materia económica se ha hecho un buen trabajo, y este gobierno nos ha sacado de la más profunda crisis que recordamos desde la postguerra, hay algunas cosas que no han gustado a las votantes de centroderecha, y creo que todos sabemos cuales son. Estos votantes han decidido quedarse en casa o apoyar a una de las nuevas formaciones nacionales.

En el caso de PODEMOS, su estrategia antisistema les impide gobernar en coalición, y les lleva a seguir profundizando desde la oposición. La única opción de gobierno posible para ellos, es la de poder decidir sobre los temas importantes del Estado par modificarlo y controlarlo. Así lo vimos en su propuesta de gobierno y los ministerios que se reservaban.

Por tanto, o los españoles quieren nuevas elecciones, para imponer sus propias opiniones sobre los demás, o pretenden un gran acuerdo que siente las bases del Estado para los próximos 30 años. Realmente hay votantes de las dos opciones, pero aquellos que quieren imponer su visión de España y del futuro, no van a tener opción, porque no podrán repetir una mayoría suficiente en los próximos años.

Y aquellos que pensamos que el acuerdo es la única vía posible, debemos trabajar para que salga adelante lo más pronto posible, porque unas nuevas elecciones, nos dejarán el mismo o parecido panorama y ante las mismas encrucijadas.

Si antes o después tendremos que llegar a un gran acuerdo, ¿por qué no hacerlo antes?. ¿Por qué no se quitan algunos la venda de los ojos cuanto antes? Al final lo van a tener que hacer. Nos ahorramos el coste de unas nuevas elecciones, el mantener un gobierno en funciones (que no es bueno en estos momentos de recuperación económica), y lo decepcionante que a muchos ciudadanos les va a resultar el retraso.


Por último, no quiero que parezca que una Gran Acuerdo, es el menor de los males posibles. Deseo que valoremos todo lo que aportará a nuestra nación: estabilidad, imagen ante el exterior, proyectos a largo plazo, confianza de los ciudadanos en nuestras Instituciones y esperanza para el futuro. Y la estabilidad, nuestra imagen en el exterior, la confianza de los ciudadanos, unas Instituciones fuertes y estables y una visión optimista y esperanzada en nuestro futuro, son las variables que más pueden aportar a nuestra felicidad en los próximos años.

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