“Palentino de voz rotunda y clara, de maneras discretas, de inconfesada timidez, representa muy bien lo que llamamos el castellano viejo: la sobriedad, la sinceridad, la hombría de bien. Le fascina “el ruido de poleas y engranajes de la maquinaria del poder pero siente por la política un sabio recelo de labrador antiguo”.
Hablo de nuevo hoy en este post, de Don Enrique Fuentes Quintana. Esta vez para contaros la imagen y la opinión que de él tenían los grandes economistas y políticos de su tiempo.
Una imagen y una opinión que en la mayoría de los casos fue positiva y de agradecimiento por las enseñanzas económicas y políticas que dejó este gran hacendista a todos los españoles y que hicieron posible la Transición hacia nuestro régimen democrático.
Muchos de estos economistas y compañeros de Fuentes Quintana no sólo valoran su labor política y colaboración en la economía española, sino también su capacidad para hablar y escribir de forma clara y comprensible para la gran mayoría de la gente. Ramón Tamames, catedrático de Estructura Económica de la Universidad Autónoma de Madrid, resalta esta cualidad del profesor Fuentes Quintana cuando habla de él:
“Enrique Fuentes Quintana ha sido para muchos economistas de la España de hoy un excelente profesor por sus enseñanzas, un verdadero maestro por sus trabajos de análisis de nuestra realidad económica, y una ayuda permanente a lo largo de nuestras propias elaboraciones por su actividad incansable al frente de revistas tan importantes como: “Información Comercial Española”, “Hacienda Pública“ o “Papeles de Economía”.
Del profesor Fuentes Quintana hemos aprendido, también, la importancia del lenguaje tanto hablado como escrito. Enrique Fuentes hablaba muy bien y escribía asimismo muy bien y muy claramente. Y como decía Ortega “la claridad es la cortesía del filósofo”, en el caso de los economistas, además de la cortesía es la obligación ineludible para llegar al fondo de las cuestiones y al entendimiento de las gentes”.
Ángel Viñas, catedrático de Economía y Ex Asesor-Ejecutivo del Ministro de Asuntos Exteriores, valora en cambio la acción decisiva de Fuentes Quintana en la política económica española del siglo XX:
“Enrique Fuentes permanecerá siempre en mi recuerdo como el hombre dotado de una memoria prodigiosa, de una pluma incitante, de una envidiable capacidad de síntesis y de la voluntad férrea por dotar a la profesión de algo más que de unas migajas de dignidad.
Será difícil para los historiadores del futuro reconstruir el caldo de cultivo del que se ha nutrido la política económica española de los últimos treinta años sin topar una y otra vez con los artículos, las sugerencias, la crítica, y en alguna ocasión la acción decisiva de Enrique Fuentes Quintana, maestro.”
Francisco Fernández Ordóñez, Ex Inspector Financiero y Tributario y ex-Ministro de Asuntos Exteriores y a quién pertenece la cita con la que comencé este post, atribuye al profesor Fuentes Quintana la apertura de las puertas del pensamiento moderno a la sociedad española:
“Conozco a Enrique Fuentes Quintana desde hace casi veinte años. Enrique Fuentes ha sido para todos los profesionales de la Hacienda Pública un verdadero maestro. El ha abierto a una generación de españoles las puertas del pensamiento moderno y ha introducido la inquietud de estos problemas en planos que desbordan los recintos académicos.”
Hace casi 4 años que Enrique Fuentes Quintana nos dejó para según palabras textuales de él, “ir al cielo y presentar a San Pedro un gráfico para demostrarle que gracias a los Pactos de la Moncloa la inflación española pasó del 40% de mediados del año 77 hasta el 2% en 1998, lo que permitió a nuestro país formar parte del euro desde el primer día.” Un acuerdo histórico que salvó a España de la bancarrota y del que supongo no sólo esté orgulloso el maestro Fuentes Quintana, sino todos los españoles.
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