domingo, 19 de diciembre de 2010

PREVISIONES 2011

Los escenarios previstos de un movimiento en U o en W en los países avanzados, se mantienen intactos, con una probabilidad algo mayor para la U, aunque con lo que está pasando en los dos últimos meses, se parezca más a una W.

En EEUU el PIB se acercará al 3% en 2010 y seguirá en los mismos valores en el 2011, un déficit del 10% para cerrar este año que se reducirá por fin en 2011. El PIB europeo cerrará 2010 con un 1,6% y en 2011 quizá merme algo. El déficit que cerrará casi en el 7% se rebajará al 5% el año próximo. En Japón los datos de PIB y déficit son parecidos a EEUU, aunque se espera un menor crecimiento para 2011.

Los emergentes merecen un apartado independiente. Con un crecimiento del PIB para 2010 superior al 7% y una inflación que superará el 5%, van a ir cambiando poco a poco su estrategia, centrada en la exportación en estos últimos 10 años, para ir alimentando poco a poco su creciente demanda interna.

El crecimiento mundial para 2010 se estima en un 4,7%, dato realmente positivo.

Hay dos riesgos fundamentales para el próximo año. Uno general, que es el movimiento interno de todos los países, para protegerse, en vez de promover y luchar todos juntos por una salida óptima. Lo vemos claramente en la guerra de devaluación de divisas actual, en el proteccionismo creciente, en las medidas de liquidez de los bancos centrales y en el fracaso de las últimas cumbres internacionales. El segundo es el riesgo de los países periféricos europeos que puede provocar una verdadera debacle económica, Grecia, Irlanda, Portugal y España, sin olvidar a Bélgica e Italia.

En cuanto a la banca, las mejores previsiones son para aquellos que afloraron las pérdidas de manera inmediata, como la banca americana y las peores para todos aquellos que guardan las pérdidas en el desván (p.e. la banca española) y que están generando una desconfianza creciente.

Por último quiero pedir disculpas por mis largas “vacaciones”. El trabajo no me ha permitido volver antes, ni tampoco la pereza, debo reconocerlo.

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