viernes, 11 de diciembre de 2009

LOS PROBLEMAS DE ESPAÑA: EL MERCADO LABORAL

Está demostrado que no funciona, no hay discusión. En una situación de crisis, se desploma. Emerge de forma brutal la economía sumergida. El empleo no crece con la recuperación económica, muy al contrario, a pesar de los brotes verdes, el paro sigue aumentando. La contratación temporal sigue ganando terreno. Los jóvenes, los principales afectados. Y por último, ya nadie discute la necesidad de su reforma, ni siquiera sus defensores a ultranza, el gobierno y los sindicatos mayoritarios.

El miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), José Manuel González-Páramo, enumeró hace poco las deficiencias que, a su juicio, presenta el mercado laboral español y señaló que existen "pocas dudas" de que es "muy rígido, ineficiente y socialmente injusto".

Es por ello que se necesitaría de una reforma urgente ya que "perjudica de manera muy clara a algunos segmentos de la población, por ejemplo, los jóvenes". Además, advierte de que, si no se acometen "urgentemente" las reformas necesarias, el desempleo seguirá en aumento.

"Si no se ponen en marcha urgentemente las reformas necesarias, el riesgo es que el desempleo se siga deteriorando y que la tasa de paro crezca aún más", advirtió González Páramo, quien afirmó que "todos los análisis solventes" tienen identificadas "con bastante claridad" las causas del mal funcionamiento del mercado laboral español.

Aunque dejó claro que la decisión sobre qué reformas efectuar "compete al Gobierno" español, González-Páramo lanzó un claro mensaje al Ejecutivo sobre la importancia de no indexar los salarios al IPC. Recordó que desde hace mucho tiempo el BCE ha estado advirtiendo a los gobiernos de la euro zona que es particularmente importante evitar las cláusulas de indiciación de los salarios nominales, porque llevan asociado el riesgo de desatar y acelerar espirales de salarios y precios, que en el pasado han estado en la raíz de prolongados episodios de desempleo masivo.

Los Servicios Públicos de Empleo esconden cerca de 715.000 desempleados, entre otros, en el SPEE no computan como parados registrados los demandantes que solicitan un empleo para un período inferior a tres meses; las personas que buscan un trabajo con una jornada inferior a veinte horas semanales; las que cursan estudios de enseñanza oficial reglada –siempre que sean menores de 25 años o que, superando esta edad, sean demandantes de primer empleo–; las personas que asisten a cursos de formación profesional ocupacional, cuando sus horas lectivas superen veinte a la semana, tengan un beca y sean demandantes de primer empleo; los beneficiarios de prestaciones por desempleo que realizan un trabajo a tiempo parcial; los demandantes que perciben el subsidio agrario; las personas que rechazan acciones de inserción laboral adecuadas a sus características; los ciudadanos sin disponibilidad inmediata para incorporarse a un puesto de trabajo o que solicitan un empleo en el extranjero; los demandantes de servicios previos al empleo –es decir, de quienes necesitan realizar un curso para trabajar en otro sector, una modalidad introducida en febrero del año pasado, coincidiendo con el cierre industrial de Delphi, en Cádiz–; y los trabajadores en situación de suspensión o reducción de jornada como consecuencia de un Expediente de Regulación de Empleo.

En cuanto a la economía sumergida, existen estimaciones de hasta un 35% del PIB. Si realmente hubiera 4,5 mill de parados, es impensable que no hubiera una conflictividad social creciente. Otro dato, el número de solicitantes de la ayuda de 420 euros: el Ministerio de Trabajo estimó que unas 300.000 personas solicitarían esta prestación. Sin embargo, hasta la fecha sólo lo han hecho 53.000. Los demandantes prefieren buscar un empleo fantasma, antes que recibir una ayuda que les obligue a realizar cursillos formativos.

3 comentarios:

Pablo Saldaña dijo...

Pues bueno, hagamos caso a Gónzalez-Páramo y a su petición de "no indexar los salarios al IPC", que supongo vendría seguida de una solicitud riguroso control de los márgenes comerciales, de las cajas B, del fraude fiscal, de la economía sumergida, de los impagos a la Seguridad Social, de las situaciones concursales tapadera, de los ERE arbitrarios, del oportunismo de algunos para beneficiarse de la crisis. Y todo esto dañando a los auténticos empresarios y "justificando" a los que construyeron su actividad económica sobre el castillo de naipes de la burbuja inmobiliaria para enriquecerse a costa de los demás.
Resulta curioso observar como se pide la vuelta al intervencionismo, principalmente desde el sector agrario, demandando nuevos aranceles y medidas proteccionistas. Espero que los intermediarios y las grandes multinacionales estén a favor.
Los jóvenes. Sí, el gran sector perjudicado. Pero, ¿qué hacemos con los mayores de 50 años, expulsados sin contemplaciones del mercado laboral? Pertenecen a una generación poco formada que accedió al trabajo de aquella manera. Poco invirtió en formación la mayoría de las empresas españolas, hasta que llegaron las ayudas europeas para tal menester.Eran otros tiempos claro, y las cuentas de resultados se nutrían copiosamente con una carga impositiva igual para el que ganaba poco que para el que ganaba mucho.
Y, por enésima vez, ¿cuales son las reformas necesarias?. Tendremos que preguntárselo a esa agencia de calificación, la que ocho días de la quiebra informó de la solvencia de Leman Broders y hoy demoniza la solvencia de España.
Que hay que hacer ajustes nadie lo cuestiona, pero el coste de los mismos no debe recaer en los de siempre. Tiene razón Manuel Rivas cuando afirma que recibe más subvenciones un coche que un niño.
Saludos.

Miguel A. Paniagua dijo...

Tomás, siempre enlazas unas cosas contra otras. Lo de indexar los salarios no tiene nada que ver con el fraude fiscal, es en sí misma una buena medida y así tenemos que analizarla. Y evitar el fraude fiscal es otra buena medida en sí misma. ¿Por qué hay que vincular una a la otra?

Control de los márgenes comerciales: salvo en la intermediación de productos agrícolas, no le veo sentido ni ventajas y en algunos casos sería injusto. Además tienes que tener en cuenta que existe una Comisión que controla la Competencia y evita los monopolios y oligopolios.

Caja “B”, fraude fiscal, economía sumergida: totalmente de acuerdo.

Impagos a la Seguridad Social: me extraña que las empresas que les va bien tengan impagos, más bien aparece en una situación de crisis empresarial. En cualquier caso las aportaciones de las empresas a la Seguridad Social son desproporcionadas y una de las causas de la baja productividad española y de la rigidez de nuestro mercado laboral.

Situaciones concursales tapadera, ERE arbitrario, oportunismo de algunos para beneficiarse de la crisis: yo no conozco ningún caso, lo que conozco es lo contrario, empresas que podrían entrar en concurso y no lo hacen por sus trabajadores, por su imagen, etc. Creo que en la izquierda veis fantasmas en el mundo empresarial. Tenéis que cambiar el chip con los empresarios, son una de las patas importantes del desarrollo de cualquier país.

En cuanto al sector agrario estoy contigo, hay un amplio colectivo que se preocupa poco de mejorar sus explotaciones y siempre están pidiendo intervención estatal. Pero teniendo en cuenta que son los alimentos que consumimos, yo estoy de acuerdo en que debe haber algo de intervención.

Tomás, yo tengo 45 años, cerca de los 50 y te aseguro que me he formado todo lo que he querido, dentro de la empresa donde he trabajado la mayoría de mis años laborales y fuera de ella. Creo que la formación no es una excusa. Esa generación me da la sensación que ya está jubilada o próxima a ello. Si hay todavía colectivos que no pudieron estudiar a los 20, lo han podido hacer a los 30 y a los 40.

Sobre las reformas necesarias ya he colgado varios comentarios con medidas a tomar en el mercado laboral y muchos economistas, analistas y organizaciones han aportado las suyas. Hay ideas suficientes, lo que falta es voluntad política de afrontarlas.

Y sobre las agencias de calificación, sabes que estoy contigo en tus críticas y ya las he expresado en este blog.

Pablo Saldaña dijo...

Es conveniente, incluso saludable diría yo, que haya puntos de vista coincidentes desde posiciones ideológicas distintas.Enriquece el debate, que no la discusión.
Claro que no tiene nada que ver lo de indexar los salarios con el fraude fiscal, pero siempre se mira al flanco más débil.
Nada tengo contra los empresarios -creo que lo puse de manifiesto en mi primer comentario-; por contra, si lo tengo contra los seudoempresarios, al igual que contra los seudotrabajadores.Y por supuesto, los hay que resisten antes de presentar una situación concursal para que no se vean afectados sus trabajadores, y también estos firman convenios con subida salarial cero durante años para salvar a la empresa, que sólo garantiza inversiones y mantenimiento de empleo si le llegan cuantiosas ayudas del Estado a la Comunidad de turno.
Que tenemos que hablar de muchas, cosas, compañero del alma, compañero... que dijo el de Orihuela.