No se trata de estar a favor de la Reforma Laboral o no. Sino de valorar si ha sido una sola reforma del mercado laboral, o un cambio total del sistema que gestiona nuestro mercado laboral.
He reconocido en muchas ocasiones la necesidad de un planteamiento nuevo que dirija las relaciones entre empresas, trabajadores, sindicatos, desempleados, el Estado, la Seguridad Social, etc. Nuestra normativa, no funciona, es obsoleta, nos resta competitividad, no aporta la seguridad suficiente a los trabajadores, ni una evolución profesional para el futuro. Venimos de un sistema antiguo, al que una y otra vez, le ponemos parches. Hace unas semanas hemos colocado un nuevo parche.
El único cambio de sistema real, es el de la negociación colectiva. Ahora las “malas” empresas tienen el poder, hasta ahora eran los “malos” trabajadores. Cuando digo “malas” hablo de las que explotan, las que mal gestionan sus recursos, las que desconocen cualquier principio de gestión. Y cuando hablo de “malos”, me refiero a los vagos, a los que no cumplen con su trabajo, a los que se escaquean. Unos y otros hacen mucho daño a este país, no sólo por influencia directa de sus actos, sino de la influencia indirecta en otras empresas y en otros trabajadores. Si consiguiéramos erradicar a esas malas empresas, este sistema de negociación sería casi perfecto. Y si no, estaremos los años de la crisis en manos de las empresas, y los años de bonanza, volveremos al poder de los trabajadores. Tenemos una oportunidad para dar un salto importante hacia el futuro.
En el resto, pues simplemente mejorar las condiciones de las empresas para favorecer la contratación, lo de siempre. En la gestión de los parados puede haber alguna mejora y también en la formación. Y en cuanto a pensiones, seguridad social y desempleo, mantenemos el mismo sistema que nos ancla al pasado y no nos permite avanzar hacia el futuro. Existen países europeos, con toda su economía del bienestar que tienen modelos competitivos, incluso alguno aparecía en algún programa en estas últimas elecciones, pero no ha pasado de una mención.
1 comentario:
Pensaba yo, Miguel Ángel,que la utopía era de gentes de izquierdas.
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